BAY, LOUISE
Mi novio se va a casar.Vale, técnicamente es mi exnovio, porque hacedos meses decidió que nos «diéramos un tiempo», pero yo seguíacreyendo que íbamos a acabar juntos.En cualquier otra situación, saber que lo he perdido sería lo peor que me pudiera pasar, pero todo puede empeorar todavía más: la novia es mi mejor amigaà y me han invitado a la boda.No pienso asistir, y me da igual que vaya a celebrarse en unlugar precioso en Escocia.Nada ni nadie conseguirá hacerme cambiar deopinión.Ni siquiera cuando un extraño deliciosamente guapo insiste enque necesita ir conmigo de acompañante.Ni siquiera cuando me lanza esa sonrisa tan sexy y provocativa.Pero, claro, si luego va y me ofrecela oportunidad de mi vida, mi sueño hecho realidad, ¿cómo podríadecirle que no?Solo le he puesto una condición: tiene que ser minovio; es decir, tiene que fingir que es mi novio.Y estoy a punto deaveriguar que fingir puede ser muy divertidoà